Pensamiento del día

Valores: Palabra extinguida por su desuso.

Soy de pensar, pensar y volver a pensar… y cuando no queda nada por pensar, lo repaso de nuevo por si acaso.

Sé que en muchas entradas, comentarios… hablo de “la sociedad de hoy en día”… y es que cada día me decepciona más (dezaragoza, ya sé… no me digas ná :p).

No sé si será por el tipo de educación que he tenido (recta) que los valores los tengo muy, muy marcados.

¿Qué que entiendo yo por valores? Mi pregunta sería que qué entiendes tu por valores. ¿Te lo has preguntado alguna vez? ¿O sencillamente crees que los tienes? ¿O simplemente vives?
Para mí es fundamental el respeto. Ese es uno de mis valores por ejemplo. La dignidad ajena… que de la propia ya me encargo yo. La vergüenza.

Estos valores propios apenas los veo. No veo respeto hacia los padres, hacía objetos, hacía las personas. Veo a la gente muy digna consigo misma pero sin pensar en la de los demás. No veo vergüenza.

Pero si veo envidia, rencor, orgullo, hipocresía, desconfianza… ¿Dije envidia? Con la de medios que tenemos para comunicarnos y cada vez estamos más encerrados en nosotros mismos. Vivimos en la época de las comunicaciones aunque parezca mentira.

Una de las cosas que más me decepcionan, que más que corroe… es “verse el ombligo”.

Esta sociedad mía es tan egoísta que no repara en lo que está pasando, en las necesidades de seguramente, alguien que está cerca, muy cerca. Nos encerramos en nosotros y nuestros problemas. Estos problemas son los mayores del mundo mundial y nos agotan. Y si no tenemos problemas realmente importantes, no te preocupes, que los sacaremos aunque sea de debajo de las piedras para sentirnos desdichados y amargados y así tener una excusa para ir fastidiando a los demás y no respetar.

Tal vez tenga un pensamiento surrealista, aunque sinceramente creo que lo que veo es lo que hay. No soy persona de hacer castillos en el aire.

¿Pero sabes lo realmente bueno de todo esto? Que siempre hay alguien que me sorprende gratamente. Que me susurra directamente a mi cerebro y hace que mis ojos y mis oídos se den cuenta de que aún hay esperanza… y es entonces cuando el sol del medio día acaricia mi rostro que me doy cuenta de que este mundo, aún con todo… podría ser maravilloso. Si nuestro micro mundo, ese pequeñito que tenemos alrededor nuestro lo cuidásemos un poquito más, si abonásemos un poquito más nuestros valores, si fuésemos capaces de plantarlos como bandera… un micro mundo se juntaría con otro y este con otros a su vez y lograríamos hacer un mundo lleno de micro mundos únicos.

Una de mis frases favoritas es “el peor virus que ha tenido jamás la tierra es el hombre” (a ver si alguien sabe de qué película es ¿Ant?). Y es que el único remedio para este virus es el propio virus. ¿Por qué? Porque somos los únicos que conocemos al virus realmente. Somos los únicos que sabemos cuál es nuestro punto débil y como atacarlo… pero eso cuesta demasiado. ¿Verdad? Anda que no tienes problemas tu como para pensar en cómo están los demás. ¿Verdad? Y si no piensan en ti, porque lo vas hacer tu por ellos ¿Verdad? Y si no me respetan a mí, porque he de respetar. ¿Verdad?

Puede que esto sea una regañina al mundo en general. Aunque pensándolo así, ojala fuera verdad. Si así fuese… castigaría a la envidia, el rencor, el orgullo, la hipocresía, y la desconfianza sin WII durante una semana y tal vez, a lo mejor, quizás… pudiese hacer algo. Pero es que esos sentimientos son personales e intransferibles. ¿Dónde están estos sentimientos en tu escala de valores?

Pregúntate a ti mismo, mirándote fijamente en un espejo cuantas veces has señalado con el dedo… así tal vez te darás cuenta de cuantas veces te han señalado a ti. Cuantas se han reído, criticado, maldecido, odiado… y por el contrario, cuantas han sonreído pensando en ti.

Somos piezas de un gran y viejo puzzle… ¿Te has fijado lo feo que queda un puzzle cuando le faltan piezas? Está inacabado, feo, errante… distingues el objetivo final de esa bella imagen… pero notas que algo falta. Buscas y buscas las piezas que faltan y al no encontrarlas deshaces el puzle y lo guardas de nuevo en la caja. Y te fastidia sobremanera saber, que ese puzle completo, con todas sus piezas sería perfecto para colgarlo en ese hueco insípido que tienes en la pared.

Valores: palabra extinguida por su desuso.