25 de marzo de 2010

Espero


Imagen de Esther (Vaalen). 

En el ataúd de tu cordura las visiones se hacen más relevantes. La tierra de mi puño cae en el pino macizo de la madre naturaleza. El clavel es solo un símbolo de color respetuoso al rencor.

Partes y olvidas, reencuentro y abrazo. El camino de tu vida es la carretera de mi sonrisa. El asfalto y las nubes se cruzan, enlazados el estupor de su alrededor dejan volar mis sueños.

El sol de media mañana indica que esta tarde habrá tormenta. Sin frío no se echaría de menos el calor. Sin tu humedad no necesitaría el sol.

Me quieres tú, te quiero yo. ¿Qué nos queda?

Adiós.

Te espero donde siempre. En el rincón de mis llaves olvidadas.

Hola.

No me fui realmente. Siempre estuve aquí. Esperando lo que llegará según las estrellas que se dejan ver tras mi peculiar tormenta. No hay más.

Hasta luego.

Quizás nos veamos un lunes o miércoles, dependerá de nuestro reloj. Dependerá de que nuestras carreteras encuentren un nuevo cruce sin paso para peatones. Dependerá de que me atreva a alzar la vista y tal vez así, te vea.

16 de marzo de 2010

Pureza

Se levantó y miro al cielo. Su sed era cómo un huracán que la atrapaba por dentro. Las cadenas de la codicia la clavaban al suelo desierto de anhelos.

Su voz, sin palabras ni sonidos, imploraban unas pequeñas lágrimas para que así su sed le dejase por lo menos descansar.  Se la olvidó llorar por los demás. Las lágrimas legítimas ya no tenían valor.

La penumbra de la avaricia caía por sus brazos doblegados al cansancio del peso de la intolerancia. Sus piernas arrodilladas musitaban plegarias legibles solo, tan solo a sus articulaciones.  Sus hombros soportaban el peso de sus propios hechos sin razón común. Sus manos hastiadas por el dolor de la mentira buscaban la verdad.  Su garganta preocupada en el pasado en alimentar se olvidó de beber para en el futuro poder florecer.

Mirando a algo sin nada, imploraba que se apagara su sed.  Invocaba sin jamás antes haber hechizado ninguna situación una solución a sus lamentos, pues el estiércol de su propia codicia comenzaba a impedirle cualquier tipo de movimiento.

Pensamientos y sentimientos conjugaban una solución. Sentimientos vendidos a la envidia, guerras, religiones y estupor. Pensamientos dirigidos como marioneta en manos de un mal actor.  

Y su voz en silencio se escuchó.

En el cielo, por encima de esa gran multitud de pensamientos y sentimientos una gran masa apareció.  Y su voz sordina desapareció.

Una áspera  masa que rugía. De un color blanco impoluto pasó a un color añil desencadenando en una patina negra. Rugía con fuerza,  su voz si se oía, trasformando la oscuridad de su majestuosidad en luz por momentos. Lloró.

Sus lágrimas caían sin control ni destino. Caían encima de ella lavándola la mugre que la recorría.  Lloraba desde su reino el cielo no por saciar su sed. Lloraba entre sus maldiciones y latigazos al suelo desierto de anhelos sin ningún consuelo. Y sus lágrimas se convirtieron en riadas que arrastraban su estiércol, envidia, odios y miedos. Y en aquel intento se llevaba lejos lo conseguido con esas amarguras, purgando todo lo bien o mal hecho. Todo, todo lo arrastró sin consideración.

Comenzó a amainar. Las lágrimas también se han de gastar, aunque sea fácil volver a atesorar. Y aquella masa blanca, añil y negra como el silencio se calmó.  Y desde su reino, ahí en el cielo advirtió;  no me pidas más llorar porque a ti se te haya olvidado Querida Humanidad, pues cada vez que vuelva y en tormenta o huracán me convierta no sólo me llevare tus miserias. Arrasaré con tus porquerías acumuladas por ti misma, destruiré todo lo que haya a mi paso porque mis lágrimas son el cúmulo de todo el mal que tú prodigas y cómo sentimientos ahogados en mis mejillas volveré cada vez que las emociones enterradas por tu codicia no quepan en mí ser. Y ten en cuenta la diferencia Quería Humanidad de tus lágrimas a las mías. Las mías son dulces impregnadas de verdad y las tuyas saladas bañadas por el dolor de tus actos sin compasión. No es advertencia sino realidad.

Y desde entonces, cada  vez que sus lágrimas barren la porquería por la humanidad creada, esta se para a pensar por un momento olvidándosele tan pronto sus pensamientos, que las nubes cargadas de lágrimas de lamentos esperan el próximo reencuentro, sabiendo que sus viajes, serán por siempre eternos.







9 de marzo de 2010

Marinero del desierto.

                                                                                 

Dejó de alumbrar el faro
al viejo marinero
afanado en sus labores
se las llevo el tiempo.

Anclas que arrastran corales,
barcos perdidos a lo lejos,
el destello quedó sin aliento,
los fantasmas del pasado han vuelto.

El mástil le quita visión,
de lo que fue y se fueron,
anclado en sus recuerdos,
no olvida aquellos destellos.

Marinero del viejo mundo,
alza la vista en paz,
el faro no dejó de alumbrar,
tus ojos te han vuelto a engañar.

Tus manos encalladas,
 la vieron zarpar,
aquel día naufragabas,
en la proa de tus nudos de marinero.

 No pidas destellos,
aquellos como en los viejos tiempos,
la vela de tu vida,
ya no la recorre el viento.

Viejo marinero,
de tempestades en el desierto,
olvida tus lamentos,
ya es hora de pasear por el cielo.

8 de marzo de 2010

Llamada de Jazztel.

Llamada real hace apenas 10 mim:



-Hola, está el Sr. Benito.
-No, ahora mismo no está, de parte de quién?
-Llamo de Jazztel, es que queríamos beneficiárnoslo por 26.95 euros al mes, con llamadas y ADSL incluidos.
-No gracias, ya me lo beneficio yo gratis.

--------mutis por el foro---------