Cuando la vida parece que solo nos trae un problema tras otro, llega un momento que o te haces autista o acabas volviéndote loco. Si esos problemas tienen solución “como que vale” pero… ¿Y cuando no los tienen? ¿Qué haces? Verlas venir, que le vas hacer.
Esa manera de actuar puede ser de un auténtico cobarde o de la persona más sabia y con más “cojones” del mundo.
Hay problemas que no, no tienen solución. De que sirve entonces amargarte, llorar, quebrarte la cabeza, maldecir y desesperarte ¿De que?
Estoy escuchando M80… han puesto una canción de The Beatles (no es que me apasionen precisamente). Es tranquila, sencilla, con pocos acordes y no sé porqué, pero me hace recordar buenos tiempos. Y no es que los recuerde con añoranza en plan “que buenos tiempos vaya mierda de vida tengo ahora” no, no es en ese plan.
Tal vez como se acerca mi cumpleaños me hace recordar más a menudo mi vida pasada. Y dios… con 31 años que voy hacer tengo para escribir más capítulos que Lucecita. La verdad es que la vida que me ha tocado vivir en esta ruleta de la fortuna no ha sido muy “normal” pero a lo mejor, eso me hace diferente a los demás o eso quiero pensar (todos creemos ser diferentes al vecino, cuando nos parecemos en más de lo que creemos).
Las vivencias de la vida son las que nos hacen únicos. Todos tenemos nuestra personalidad. Somos más o menos decididos, más o menos serios, más o menos o menos que más, pero somos. Según vas creciendo esa personalidad se abraza a la vida que vives, la que vivirás y la que te tocará vivir.
La personalidad es un diamante en bruto que se va puliendo día a día, mes a mes, año tras año… en cada cumpleaños. Incluso el día de la partida algo te pasara que hará que seas diferente al día anterior.
Es una sensación extraña ¿no es cierto? Eres la misma persona, pero diferente. Como no te ves las 24 horas del día al espejo no notas que vas envejeciendo y te sientes igual que cuando tenías 15 años, aunque sabes que no los tienes porque ahora eres más “responsable”. Miras dentro de ti y te dices “soy yo, el de siempre” pero no, no es así. Como explicarlo…
Naces, creces y mueres, es así de sencillo y duro a la vez. Entre medias de estas fases, una vez que tienes conciencia de la vida es cuando empiezas a acumular recuerdos y vivencias. Estos recuerdos y vivencias van chocando contra tu personalidad, como el mar pule las rocas de los acantilados. Una vez dulcemente, otras con gran ira. Las olas van moldeando, van arrasando, van acariciando, machacando… así es la vida con nosotros. Pero esos acantilados son siempre los mimos, solo que van variando de forma y color… pero su composición siempre será la misma hasta que llegue el momento en el que se deshaga vencida por esas olas que representan los buenos, malos e insípidos momentos de la vida.
Dentro de esos acantilados hay miles, infinidad de rocas con una composición completamente diferente a las otras rocas. Unas son duras, otras más débiles, otras suaves y también las hay ásperas. La roca dura no reaccionará de la misma manera ante esas olas que una roca débil, ni una roca suave como lo haría un áspera. La roca dura aguantará mejor el temporal pero disfrutará menos de las caricias de la mar. La roca débil seguramente se deshará antes pero aprovechará las caricias que la otorguen como si fuesen las últimas cada vez que las reciba. En la roca suave las olas se deslizarán con mayor facilidad por lo que el temporal la afectará menos pero las caricias apenas las notará. La roca áspera no sentirá.
¿Que tipo de roca eres? Piensa, que a lo mejor es la hora de cambiar y disfrutar más y dejarse acariciar y deleitarse, estremecerse como un loco con esas vistas a la mar.
Yo llevo un tiempo haciéndolo y estoy deseando que pase un año más para ver con que me vuelve a sorprender la mar. Que retos, alegrías, frustraciones...con que me va a sorprendes esta vez.
Dentro de esos acantilados hay miles, infinidad de rocas con una composición completamente diferente a las otras rocas. Unas son duras, otras más débiles, otras suaves y también las hay ásperas. La roca dura no reaccionará de la misma manera ante esas olas que una roca débil, ni una roca suave como lo haría un áspera. La roca dura aguantará mejor el temporal pero disfrutará menos de las caricias de la mar. La roca débil seguramente se deshará antes pero aprovechará las caricias que la otorguen como si fuesen las últimas cada vez que las reciba. En la roca suave las olas se deslizarán con mayor facilidad por lo que el temporal la afectará menos pero las caricias apenas las notará. La roca áspera no sentirá.
¿Que tipo de roca eres? Piensa, que a lo mejor es la hora de cambiar y disfrutar más y dejarse acariciar y deleitarse, estremecerse como un loco con esas vistas a la mar.
Yo llevo un tiempo haciéndolo y estoy deseando que pase un año más para ver con que me vuelve a sorprender la mar. Que retos, alegrías, frustraciones...con que me va a sorprendes esta vez.
9 comentarios:
Querida Anna:
Que gran verdad, deberíamos disfrutar más y dejarnos acariciar, no pensar y pensar en todos los problemas que la vida nos trae... Pero claro, como seguro que bien sabrás, es cosa complicada.
Que post más bonito, escribes con una sinceridad y una hermosura dignas de elogio. Sigue siempre así. Tu blog es un rincón mágico.
Un besito muy fuerte desde Galicia, y que pases un buen fin de semana!
Ángeles
¿Qué tipo de roca soy? Yo soy una piedra del phatio, está claro :) :), pero, no sé, supongo que de esas que las agarras y notas cómo abre las alas, se calla o habla, ¡y sale volando!
No sé. Yo siempre he pensado que la valentía, la cobardía… son cosas muy relativas, porque es lo que señalas, que no decir ni hacer nada es quizás lo más asombrosamente valiente que se puede hacer, porque cuesta horrores; y que, bueno, hay victorias que son mas vergonzosas que mil derrotas. No sé.., te escribiría mil veces :) “Se trata de lo que puedes soportar”, y ya está, porque la responsabilidad es tuya, ¡y mejor que no te la quita nadie!, porque eso es, creo, el único consuelo. Casi digo “liberador”, pero qué va… no en cuanto al mundo alrededor, que pretenderá que pagues mil veces, hasta catorce años después, por lo que hiciste.
Me refiero a ese chico que mató a los padres, catorce años atrás y que ahora ha tenido que abandonar el concurso de viajes, “en directo”, al que se había presentado, antes de que los medios desataran la tormenta. Es algo que le comentaba a dezaragosa, hace poco. Iba a escribir sobre ello, pero… por ahora no mapetece escribir o colgarlo en el fuerte, y supongo que si no me lo quito de la cabeza, encontraré el modo; aunque no creo, ¿no creo? No sé :) :); quizás sea porque no he tenido tiempo ni ganas de pensar en ello; me refiero a saber qué es lo que pienso realmente. Por un lado creo que no está bien desenterrar los muertos de nadie, de catorce años atrás, justificándose en que “él se presentó…” bah bah bah. Pero, por otro, también creo que, bueno, tú los mataste a ellos ahora ellos te lo sacan otra vez… tan injusto no es. Lo es y no lo es; ¿lo ves? :) :) Supuestamente ya pagó por lo que hizo… claro que hablar de pagar en nuestro sistema judicial es algo muy risible… y lo pongo entre comillas porque no sé cuánto tiempo estuvo… pero al ser menor, me lo imagino…. con lo cual…
Uuuuy, qué jaleo, lo siento, si es que termino hablando siempre de mi azotea :) :)
Besos de roca paliza :P
Ángeles, muchísimas gracias, siempre tienes algo bonito que decirme y eso no es fácil. Me haces sonrreir :+. Miles de besos.
AntWaters... te lo he dicho y en un par de ocasiones... me encanta que hable tu azotea, de lo que sea :) por que dices y dices lo que te viene y no es fácil. Besos calizos.
Me gusta como lo has contado. Y estoy bastante de acuerdo contigo...salvo en que hay veces que una roca tiene que saber esquivar la ola y otras revelarse como un volcán que crea una isla en medio del mar furioso.
Y como puedes intuir de algún comentario yo soy una roca con patas...una roca que se mueve.
Me encantan como lo has contado.
Salu2
Con lo dura que tú eras roca mia, posada y a la vez dando base a un conjunto de rocas mucho más blandas que tú... a la llegada del tsunami te has tambaleado y mucho: unas rocas se han ido y difícilmente volverán, pero no sólo estás al lado de las más importantes, sino que el movimiento te ha hecho acercarte a otras rocas que te darán apoyo, y que juntas formaréis un muro que ni el diluvio universal podrá derribar!!!
Markos... tienes razón, a veces hay que sortear las olas... pero es que no sé hacelo... prefiero mojarme entera e ir secándome al sol... aunque tal vez me sería más fácil si de vez en cuando las esquivase... cierto.
Besos.
Fer... esas rocas nuevas son las que me ayudan a afrontar ese y mil tsunamis más.
Besos.
Si yo te contase como entré en mi cuarenta y tres cumpleaños...Te reirías y llorarías a la vez. Fue una clara noche de luna e insomnio. El peor de mis cumpleaños.Pero ya paso.
Que tu vida no ha sido muy normal¿?
¿Que vida lo es?
Parece que nos suceden las mismas cosas pero no es realmente así. Los detalles nos van perfilando.Y cada uno (y una) captamos las cosas de diferente manera.
En mi caso no soy ninguna roca. Soy arena mojada. Me pisas y en la siguiente ola recupero mi forma...
Eso si.Cuando algo me importa soy espigón duradero...aunque pocas veces me pasa eso.
Felicidades atrasadas por tu cumple... :)
Posdata: ¿Por qué no ha sido muy normal tu vida? Me has dejado intrigado.
Constantino... no dices que todas las vidas son "anormales"? Ajo y agua XD
Cago en toooo.
Veo que no me vas a decir mucho más.
Pobre de mi.
Lloraré más allá del infinito por el desconocimiento de tus penas
y conflictos.
Lloraré, lloraré y lloraré sin fin.
Las lágrimas cubrirán los océanos
y los océanos cubrian el mundo.
Pobre de mi.
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