24 de diciembre de 2008

Valentía, mucha valentía.

Hoy dan un permiso de tres días a un conocido que esta en cárcel por robo con intimidación. Lleva dos años sin salir.

No voy a referirme a él en este post, si esta ahí es porque debe estar, él mismo lo dice. Voy ha hablar de su madre.

Durante esos dos años y previos juicios, hemos sabido cómo ha ido todo el tema porque la madre es amiga de la mía.

Hoy me la he encontrado y me ha dicho “Anna, no te lo vas a creér!!” Solo por la cara que tenía, llena de luz, feliz, estaba pletórica!! me lo imaginaba. Mientras me lo contaba me daba cuenta que me decía lo mismo una y otra vez como para autoconvencerse de que realmente su hijo iba a ir a casa.

He visto la angustia, la ira, el temor, el odio, las lágrimas de esa mujer caer por su rostro mil veces. He visto a esa mujer preguntándose en que había fallado para que su hijo cayese donde había caído. He visto a esa mujer maldecir al juez por su veredicto, pero a la vez juiciosa afirmando que es lo que merece su hijo. He visto a esa mujer después de un bis a bis dándose cuenta que su hijo ya no era el mismo. He visto a esa mujer hablar y hablar cuando sus ojos me contaban otras cosas muy diferentes. He visto a esa mujer rogándome que la dijera lo que necesitaba oír aunque no fuese la realidad. He visto a esa mujer fuerte, muy fuerte!

Parece mentira lo que nos afectan las acciones de los demás, en este caso las de nuestros hijos. Pensamos que siempre van a ser nuestros niños. Que podremos castigarles en su habitación cuando hagan algo malo. O que siempre les tendremos controlados y sabremos dónde están y que hacen en cualquier momento. Que ilusos somos.

Pero hoy he visto a esa mujer feliz, muy feliz. Se le habían olvidado los años que penuria que llevaba a las espaldas sabiendo que podría disfrutar, aunque sólo fuese por tres días de su hijo.
Ole madre coraje!!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Una madre.
Tremenda contradicción.
Amor sin condiciones y culpa sin acción.
Los hijos hay veces que somos unos auténticos hijos de puta, y nuestra madre una perfecta santa.
Salu2

Fer dijo...

No me imagino alegría ni dolor más grande que el que pueda darte tu propio hijo.

Un padre (léase padre/madre) tiene que ganarse el respeto de sus hijos, no todos los padres se merecen ser padres. Un hijo nunca tiene que ganarse el respeto de sus padres, no todos los hijos se merecen ser hijos.

Bel dijo...

Padres y madres del mundo... la habeís cagao!

Constantino Carenado dijo...

Menos mal que existe el olvido en nuestra mente.
Me creo,totalmente, que esa mujer haya estado en un calvario mientras su hijo estaba en la carcel.
El amor de madre es uno de los más fieles y mas leales de todos.
Demasiado leal, a mi entender, pero para eso pregunténsenlo a una madre (o a un padre) .¿Anna?
No me sorpende la actitud de la amiga de tu madre. Era de preveer y deja claro que quiere a su hijo. Es su hijo a fin de cuentas y eso, para una mujer , es un "cordón umbilical" permanente.

Hoy es tarde, he estado de copas, continuaré mañana mi viaje hacia el pasado de tu luminoso blog.
Por cierto todavia no he ledido ni una parte del Verde Esperanza I,II,III y IV Los guardo como guinda del pastel que es tu blog.Tu blog auténtico.
Esto es una bitácora tal como entendí en Pedagogía General (cuando estudiaba magisterio). Solo que la Bitácora (1988) la escribía (la escribiamos) en un cuadernillo de toda la vida...

Besos permanentes.