Solidaridad

Me he apuntado por toda la cara a una propuesta de Senovilla y Ángel Cabrera.

Dicha propuesta trata sobre que hoy 8 de octubre, nos uniéramos la mayoría de bloqueros posibles y publicar todos a la vez un post sobre la Solidaridad y ciertamente creo que ha sido todo un éxito. Enhorabuena chic@s.

Había empezado a escribir sobre lo que imagino pensamos todos al oír la palabra solidaridad. Africanos que mueren de hambre y por enfermedades más que tratables pero no rentables, personas que viven en la calle e infinidad de problemas sociales de los cuales se nos debería caer la cara de vergüenza, pero creo que esos temas están más que machacados y lo que nos queda es reaccionar de una vez ante ellos. Cierto es que cómo personas individuales poco podemos hacer en estos aspectos, pero nos falta la suficiente valentía para unirnos y hacer algo. Que no son tan poderosos los señores vestidos de pingüino.

No solo se es solidario por dar un bocadillo o unas monedas al inmigrante que está vendiendo la farola en la puerta del supermercado. Donando la ropa usada o juguetes que nuestros hijos ya no usan. Ni escribiendo post sobre el desbarajuste medioambiental que estamos creando nosotros solos… sirve como denuncia por supuesto, pero si luego no somos capaces de seguir con nuestras propias teorías, como siempre, están ganando las ganas ante los hechos por encima de nosotros.

No digo que las acciones anteriores sean absurdas, por supuesto que no. Ojalá que las hiciésemos todos y muchas cosas cambiarían, pero ¿por qué no piensas primero en los que están al lado tuyo? No se puede arreglar un problema, un gran problema, centrándonos en el pico de la montaña. Como montaña empieza por debajo, con unos valles verdes alimentados por ríos cristalinos. Si estos ríos están llenos de porquería, la montaña jamás llegará a su esplendor.

En fin, hoy quiero centrarme en un par de palabras, el egoísmo e incomprensión.

Nos centramos en nosotros mismos y nuestras propias necesidades y al hacerlo, no nos damos cuenta del daño que podemos hacer a los que tenemos más cerca desoyendo el verdadero significado de la solidaridad en la cercanía.

A veces, las necesidades que consideramos como tal no son necesidades en sí, sino obsesiones que acarrean egoísmo puro. Cuando exigimos ciertas cosas que te son negadas una y otra vez, a veces es por razones coherentes. Nunca estamos contentos con lo tenemos, aunque esto sea mucho, siempre nos parecerá poco.

En este caso no hablo de cosas materiales (aunque da para mucho).

Somos esponjas absorbentes sin límites. Nos dan y absorbemos, nos dan un poquito más y volvemos a absorber. Y aún cuando nuestra capacidad de absorción ha superado los límites y nos desbordan hasta el punto de que ya no cabe más dentro, seguimos intentando absorber aunque nos ahoguemos en el intento y al final nos convirtamos es una esponja vieja y mohosa.

A veces se niega por bien, o porque sencillamente a quién pedimos no puede dar más. Somos personas con límites y que tengamos límites no nos hace peores personas. Tenemos vidas propias en las que los que queremos forman una parte importante, pero al tener nuestra propia vida, estas personas no pueden pretender ser el centro de ese existencia.

Yo siempre he dicho que vivimos en un mundo de ombligos, y esos ombligos tienen pelotillas de verdadera mierda que no saben ni para que la quieren, pero son como el Golum son su tesoro.

La persona ombligo cree que sus necesidades son básicas para su subsistencia. Están tan acostumbrados a tener ciertas cosas que el día que otro ombligo tiene que cambiarlas por cuestiones de la vida, se aferran a su propia pelotilla sin darse cuenta que esa está ya muy gastada y lo que tienen que hacer es crear una nueva, incluso haciendo nuevas pelotillas entre varios ombligos.

Lo ideal sería un ombligo libre de pelotillas. Limpio, pulcro… pero no sé como lo hacen todos los ombligos que en nada que te descuidas se crea una pelotilla nueva de la nada. ¡Mira, a mi me está creciendo una!

Y después de esta guarrería y para finalizar… si no somos solidarios con los que más queremos, con aquellos que nos son esenciales en nuestra vida ¿cómo vamos a serlo con gente que ni conocemos?

Tenemos que ser conscientes de que a veces una negación no es tal, sino una coherencia para con la persona que nos niega. Algo tan supuestamente sustancial en nuestra vida puede llegar a ser la infelicidad de quién queremos obligar a hacer, decir o sentir en contra de sus propias necesidades.

No digo que las personas ombligo sean malas personas. No, no tienen por qué serlo ni creo que lo sean. Simplemente buscan su propia felicidad o estabilidad, llamémoslo como queramos y como persona que siente quiere apagar su sed a toda costa aunque sin darse cuenta esté quitando el agua a quién más quiere ¿no es más fácil compartir esa agua y así mitigar la sed de ambos en vez de saciar la de uno y deshidratar al otro? Un poco de solidaridad por favor.