16 de julio de 2009

Receta de la perfección


  • 1 docena de huevos.
  • 1Kg de azúcar.
  • 1Kg de harina.
  • 2 vasos de aceite de oliva.
  • La ralladura de 1 limón.
  • Canela en rama, nueza moscada y almendras.
  • Cuarto y mitad de perfección.
Removía y removía la masa en un bol de cristal trasparente para así no perder un detalle de cómo los ingredientes se mezclaban. Las burbujas de aire que se creaban salían hacia la superficie como esclavos que les dejan salir de galeras para ver por primera vez el sol.
Sacó un molde perfecto donde echo la masa perfecta. Con delicadeza dejaba caer la masa poco a poco cubriendo la superficie.
Lo metió en el horno a 180 grados. En pocos minutos un aroma dulce envolvía toda la casa. Daban ganas de chupar las paredes.
Se sentó mirando el horno. Mientras degustaba un café observaba como la masa subía y se convertía en un bizcocho dorado y perfectamente redondo. En tan solo 20 minutos, la perfección se había creado ante sus atónitos ojos.
Miraba y miraba el bizcocho recién hecho.
Era perfecto. De color canela, aroma a limón. El azúcar que lo cubría brillaba como si las estrellas estuviesen durmiendo en él.
Sacó un cuchillo sin estrenar del cajón, no quería mancillar la perfección con algo que ya hubiese sido usado. Lo corto con sutileza, con líneas perfectamente rectas. Ni una miga osó salirse del camino trazado.
Cogió un trozo y lo miró. Sonrió por el trabajo bien realizado, perfectamente sincronizado y lo probó.
Un sabor salado le abrió la desdicha. Había confundido el azúcar con la sal y todo el esmero que hasta el momento había observado no era más que el engaño de su propia perfección.
Y es que no hay recetas contra la desdicha o a favor de la perfección.
Hagas lo que hagas siempre habrá un ingrediente que aunque te parezca el adecuado tendrá un hermano gemelo que seguramente no convine con los ingredientes que crees estar usando.

6 comentarios:

Cris dijo...

Jo, cómo corta el rolo la últimaparte... De todas formas, tienes razón, para variar.

Yo estoy pendiente de subir unas recetas españolas que le prometí a Abujandra, a ver si pronto las tengo listas...

Besitos!

Anónimo dijo...

Pues olía bien...
La perfección es un asco, mejor no buscarla y si encuentras algo parecido, aunque sólo sea un momento, se disfruta.
Bsos

Fer dijo...

Mentira!!! No era sal, era azúcar!!! y estaba perfecto de aspecto y de sabor!!!

Bel dijo...

Pues eso...

Constantino Carenado dijo...

Veo que estais compitiendo por recetas. Me quedo con la de pimientos al piquillo de Cris.


blublubblublublb

Constantino Carenado dijo...

No era sal ni azucar. Era Arsénico.