19 de febrero de 2010

La moda actual

Voy a estar una temporadilla algo ausente, así que imagino que no publicaré lo que quisiera, y lo que más me fastidia es que no os podré visitar con la asiduidad que me gustaría. Así que aquí os dejo una cosa que he recibido por correo, que oye, me ha gustado fíjate tú y como soy así de expendida, pues voy y lo comparto.



Como aclaración diré, que yo si sigo necesitando sexo del placentero, porque el que me dan los gobernantes tan solo jode y el que entienda un poco de sexo sabrá que con joder no es suficiente. Pero vamos, que me ha gustado la camiseta y creo que hasta me voy a hacer una.

Para que decir más.


10 de febrero de 2010

Pienso que piensas demasiado...


Quiero una mente dispersa, de esas que no saben pensar o que por lo menos saben cuando dejar de hacerlo.

De esas, que no necesitan tiempo ni intenciones para olvidarse de ciertas cosas porque con lo que están haciendo en ese momento tienen suficiente para desvanecerse sus millones de pensamientos.

Un cerebrito capaz de distinguir lo importante de lo menos importante y  si aún se puede pedir más, de esas que mirando un botón tiene suficiente como para dejar de pensar.

Deseo un cerebro con todas sus constantes vitales, sin llegar a ser estúpido, aunque si un poco tonto.  Perfectamente particionado en fracciones para poder dejar encerradas ciertas cosas mientras hago otras,  una o ninguna.

Me apetece saber qué es eso de lo que habla tanta gente de no pensar de más.  Poder dejar ahí aparcadas ciertas cosas y seguir con la vida sin más. Tener la cabeza a flote y si soy capaz, nadar tranquilamente por las aguas de mi mente sin tener que prestar atención a la siguiente catarata puesta con mala intención.

Una mente capaz de dormir a pesar de lo demás.  Que las “ZZzzzzzz” salgan en forma de bocadillo de comic en la oscuridad de mi habitación, mientras la noche me acuna porque todo me da igual y solo necesito descansar, dormir y callar.

Ansío el talento de poder olvidar por momentos, según la circunstancia y el lugar. Que mi emoción no pueda conmigo y ser capaz de despedirla sin carta de preaviso si así lo requiere la situación.

Ser capaz y capataz de mi visceralidad. La jefa de mis adentros. Con razón o sin razones que mis sentimientos estén abrigados por el sustento de unas piezas mecánicas que pueda parar si así lo requiero.  Botón de “on” y “off”. Seguramente el de “off” al poco estaría desgastado y no por el tiempo.

Necesito por el bien de mi locura particular, esa que tanto dicen me hace diferenciar de los demás, unas vacaciones  cerebrales antes de que el cerebro que poseo deje de funcionar, porque no creo que nadie me ceda el suyo y los que encuentro en los chinos (que son los únicos a los que puedo optar) no me dan mucha confianza la verdad.

Bueno, me voy a pensar a otra parte.

8 de febrero de 2010

Sueños



La noche me convence,
de despertar a tus miedos
inconscientes y aventureros,
así, son mis sueños.

No deseo la madrugada,
encerrada en deseos,
viven en la oscuridad,
de mis anhelos.

Y al cerrar los ojos
todo se hace perfecto,
es el silencio,
quién me da alimento.

Soñar, no hay más,
ni menos, en mi cerebro,
apreciar la oscuridad,
de todos, todos mis sueños.



4 de febrero de 2010

2 de febrero de 2010

Mi locura


 *Fotografía (sin retoques) de Esther García Pérez  - Amiga y fotógrafa.


Se desmayan mis ideas,
locas e inconscientes,
por imaginar un mundo real
de esos, que jamás existirán.

La luna se torna sol bajo mi rincón,
en la oscuridad del silencio,
oigo mi respirar,
ansioso por verte volar.

Y si me ves desfallecer,
persiguiendo un quizás,
no me intentes convencer y mirar hacia la realidad,
de momento, déjame con mi ingenuidad.

Ventanas de papel,
esconden mi tez,
del frío viento,
que me amenaza con su aliento.

Pero sonreiré,
aunque sea risa falsa,
porque más puede mi ironía,
que tus falsas esperanzas.

Más puede mi deseo,
que tus falacias,
más arde mi corazón,
para quemar hasta tu último desazón.

Menos perderé en el tiempo,
si de vez en cuando me ahogo en mis lamentos,
menos ahorraré en besos,
de esos, que dibujan el firmamento.

Dicen que los locos, locos son,
pues están amordazados por los que se dicen cuerdos,
asustados por sus mundos inhóspitos,
ellos si que se abrazan a sus lloriqueos.

Dejadme con mi locura,
de mis sentimientos inexplicables,
dejarme a solas con ese viento,
que pasea por mi, aquí, muy dentro.




*Gracias infinitas a Esther García Pérez por prestarme la imagen que encabeza esta poesía. Fotógrafa y como veis, gran artista.